LA RÍA DE BILBAO.ACUARELA DE PALOMA ROJAS

viernes, 29 de mayo de 2009

LO QUE NO SE OLVIDA

ABRAZO DE MI MADRE






La primera vez que dejé mi hogar durante una temporada larga fue a los 17 años.
Me habían enviado a Irlanda a perfeccionar el inglés.
Al poco tiempo de llegar cumplí los 18 años.

Recuerdo con ternura y afecto la carta de mi madre; poco expresiva por temperamento y educación, en aquella ocasión se le escapó el corazón y en las líneas finales de su carta de felicitación me decía:

“Te doy un abrazo tan pequeño, y tan fuerte como la primera vez que te vi. después de que naciste".

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