LA RÍA DE BILBAO.ACUARELA DE PALOMA ROJAS

domingo, 4 de julio de 2010

MISCELANEAS

UNA TEMPORADITA EN MANCHESTER


Como he comentado en mi otro blog http://xvxiv.blospot.com, me voy a pasar unos días en Manchester, ciudad que me trae muy buenos recuerdos de mi estancia allá, hace la friolera de 44 años.
Tanto la ciudad como yo debemos estar bastante cambiadas: Manchester ha mejorado mucho según tengo entendido y ha rejuvenecido, cosa que no puedo decir de mi misma. Aunque creo que ambas seguimos manteniendo el mismo espíritu emprendedor, el mismo empeño de crecer, de conocer, de saber.
Cuando estuve allá no tuve muchas ocasiones de moverme por los alrededores, porque el trabajo me lo impedía. Pienso que ahora tendré ocasión de hacerlo. Voy a procurar visitar aquellos lugares, museos, pueblecitos, que entonces no puede recorrer.
Voy con la intención de hacer fotografías y sacar vídeos de los sitios que visite. Pero dudo mucho que puede subirlos durante estos días en Inglaterra.
Os deseo muy buen verano y buen descanso.
Hasta la vuelta.

sábado, 3 de julio de 2010

COMPRENSIÓN E IDENTIFICCIÓN

No es fácil compartir el dolor. Ni aún con las personas con las que mejor te entienden y mejor te quieren. Y a las que más quieres. Y las que más entiendes.Transmitir los propios sentimientos del alma y del corazón, es relativamente fácil, cuando se quiere a quién se habla. Pero percibir o recibir el mensaje de quién nos confía su dolor o su laegría, en el idéntico tono y las mismas notas con que nos ha sido comunicado, es una operación de la que nunca se está seguro de haber realizado con acierto. Por la sencilla razón, de que cada cual entendemos el mensaje a través de nuestras propias formulas mentales o afectivas. Y estás no son identificas en el emisor y el perceptor porque cada individuo tiene su propia idiosincrasia, su personal y única manera de ser, de sentir, de percibir.
Es dificil la identificación por mucho que queramos entender a aquellos que amamos. Y estoy hablando de personas que se quieren y se entienden.
Siempre queda un pequeño vacío, imposible de completar. El vacío que nace de la realidad de que cada uno es único, intransferible; se puede comunicar pero no siempre es posible identificarse.
Es parte de la limitación humana
Creo, además, que es bueno y necesario porque así hay complementariedad. Y por lo tanto se genera riqueza interior, mayor crecimiento en la capacidad del conocimiento propio y ajeno, mayor entendimiento de la realidad, aumenta la capacidad de comprensión hacia los demás, porque nos damos cuenta de que parte de su sufrimiento o alegría se nos escapa y por lo tanto brota un más grande afán de cercanía, de deseos de servir de ayudar.