LA RÍA DE BILBAO.ACUARELA DE PALOMA ROJAS

lunes, 23 de agosto de 2010

VARIACIONES

CERTERA SINCERIDAD REVELADORA



" Te veía venir de lejos y me preguntaba ¿quién será esa señora tan elegante?. Fíjate, siempre he pensado que has sabido sacarte mucho partido"

"¡Cuánto te pareces a tu madre! Pero tu madre era guapa"

" ¿También tu hermano es inteligente?

"Tu hermano es verdaderamente encantador. Tenéis un carácter muy distinto"

" Si no fueras tan tímida, te llevarías a la gente de calle"

" Tu padre y tú os parecéis mucho pero él tiene unos ojos muy expresivos"

lunes, 16 de agosto de 2010

MANCHESTER

DAÑOS COLATERALES.

Estaba enfrascada en la conferencia a la que asistía sobre Ecumenismo. Inesperadamente la mirada del conferenciante se quedó perdida entre los arbustos que se veían a través de las ventanas que daban al jardín. "Perdón por la interrupción, pero creo que estoy viendo un lobo, o zorro, en el jardín."

Los asistentes nos quedamos desconcertados ante tal aseveración y no sabíamos si interpretarla esto como una imagen de lo que estaba explicando, si había perdido el hilo de su exposición, o nos tomaba el pelo. Desconcertados, los que tenían acceso a las ventanas se agolparon sobre ellas. Los demás podíamos conocer lo que estaba ocurriendo a través de sus incrédulas exclamaciones: "¡No es perro, ni lobo, sino !zorros!", "Aquí, en el jardín, ¿cómo es posible?", "Parecen desconcertados" " Son cachorros inexpertos"

Efectivamente, eran zorros jóvenes. A la aparición del primer intrépido pionero, se añadió la de un segundo zorro juguetón y más tarde la de un tercero, decidido colonizador.
Esto no era todo sino que además los zorros se hallaban rodeados de pájaros retadores que tanteaban su capacidad de conquista. En realidad no se sabia bien quien jugaba con quien, o quien esta más sorprendido, si los jóvenes zorros o los audaces pájaros. Estos rodeaban a los zorros a saltitos menudos e interpretaban una danza sincopada burlesca que mantenía desconcertados a los tres inexpertos cazadores; probablemente estos sabían mucho más de movimientos rápidos y certeros contra sus víctimas que las aves, pero que nunca antes habían sufrido el ataque desorganizado de cuatro voladores que se volatilizaban cuando ellos iban a echarles la zarpa.

Había algo de tierno y cómico a la vez en aquel ballet improvisado.

No tenía mi cámara a mano y no me parecía respetuoso ausentarme del aula para buscarla. Me hubiera gustado coger la escena en vídeo porque el ritmo de la danza ritual llamaba la atención y era digno de verse. Ahora lo lamento mucho porque era un espectáculo único en su especie. Me he tenido que conformar con estas cuatro fotos que incluyo, que otra asistente más espabilada que yo, tenía a mano.



Durante el almuerzo alguien comentó que últimamente, con cierta frecuencia, los zorros hacían su aparición en áreas urbanas. Estas visitas habían comenzado después de la aprobación de la ley que prohibe la caza del zorro en Gran Bretaña. De hecho, recientemente, había aparecido una alarmante noticia en los periódicos relatando el ataque de un zorro a un bebé durmiendo en su cuna en el jardín de su casa.
El suceso me hizo pensar en los DAÑOS COLATERALES. Esos que suelen ocurrir por azar, pero que son consecuencia de determinaciones tomadas, en algunos casos por no haber calibrado a fondo los efectos que esas decisiones proyectan sobre otros elementos en juego. Es cierto que el hombre es limitado y no puede preveerlo todo, como resultado inevitable de esa limitación. Hay situaciones en las que es necesario tomar una decisión que no pude dilatarse sin causar un gran mal; se corre el riesgo de equivocarse pero retrasarla causaría un mal mayor. Por ejemplo, la acción de un bombero que en un momento determinado de su trabajo tiene que tomar decisión sobre su actuación.

Pero también es cierto que hay que estudiar a fondo, hasta donde cada ser humano es capaz, las consecuencias que ciertas determinaciones suponen para los demás, para la naturaleza, para la sociedad. Y eso requiere esfuerzo, responsabilidad, estudio, respeto y amor por los demás, bien en términos de personas singulares o de una generalidad de personas.
A veces actuamos ligeramente, frívolamente sin tener en cuenta que nuestras acciones, decisiones, comentarios superfluos o ciertas determinaciones van a afectar a alguien, pudiendo causar dolor, incomodidad, dificultad, problemas irremediables a otros que no son culpables de nada. Habría que estudiar a fondo si las decisiones que se toman para conseguir el objetivo propuesto están equilibradas con los daños colaterales que van a causar, algunos evitables, si se hace el esfuerzo de meterse en el pellejo ajeno.
Tomar determinaciones que afecte a algunos, y que supone un bien para la mayoría, es comprensible, pero siempre cabe buscar ese mismo fin con el menor daño posible. Y teniendo también previstos los remedios adecuados a ese daño que se prevé va a causar, para que el dolor provocado no sea desproporcionado al bien conseguido.

Para empezar habría que analizar con honradez si la decisión que se propone es necesaria y no consecuencia de la ambición, la búsqueda del poder o el éxito personal a cualquier precio.

viernes, 13 de agosto de 2010

VARIACIONES

YA NO VOLVERÉ A OÍR LA LLAVE DE LA PUERTA

Ya no volveré a oír la llave de la puerta de la calle, cuando llegaba todos los mediodías puntual, como siempre.
Ni escucharé el silencio lleno de los pequeños sonidos familiares cuando colgaba su gabardina y sombrero en el perchero y metía el paraguas en el paragüero, antes de avanzar hacia el fondo de la casa.
Ni puedo esperar percibir otra vez sus pasos pausados, seguros, acercándose hacía el cuarto de estar.
Ni oiré su voz siempre amable y acogedora saludando desde el pasillo mientras se acercaba donde yo estaba y preguntaba con su eterna sonrisa en la voz: "¿qué tal estás, como te ha ido la mañana?"
Desde su butaca, cogía el periódico para echarle un vistazo más completo que el de la mañana, antes de salir para el trabajo.
Seguiré echando de menos su mirada cariñosa y comprensiva mientras pasaba las hojas, compartía alguna noticia y hacia algún comentario, - "Han subido las Santander, hay ampliaciones, mira lo que dice el presidente de gobierno"- siempre dispuesto a escuchar lo que yo le quisiera contar. No le importaba que le interrumpiera; todo lo contrario, le gustaba.
Ya nunca veré sus ojos grandes, tranquilos e inteligentes que miraban con expectación e ilusión, alentando a que le comunicara algo. Para él todo era interesante, aunque fuera una nimiedad.
Ahora nadie abre la puerta, no se oye ninguna llave, el abrigo, el sombrero y el paraguas están inmóviles en sus respectivos lugares. El silencio recorre el pasillo sin meter ningún ruido. Levantó los ojos y no existen otros que respondan a mi mirada. Se han cerrado, se han ido.
Pero queda su recuerdo imborrable. El recuerdo de un hombre excepcional, que paso la vida sin meter ruido, pero dejando detrás de sí una estela de amor, cariño y admiración.
Y silencios. Escuchaba en silencio, siempre atento, dejando que los demás se expresaran y se sintieran comprendidos. Sus respuestas en forma de sugerencias eran discretas, inteligentes, nunca impositivas, aunque muy claras en su exposición.
Hablaba desde su corazón con aquellos que sabía iban a entender quien era y como era. Con todos los demás era muy bien educado amable y cariñoso, pero no se engañaba respecto a su amor hacia él.
Hombre de profundos amores imperecederos.
Los de verdad, los auténticos.

lunes, 2 de agosto de 2010

MISCELANEAS



MANCHESTER REVISITED



Hacia cuarenta años que no había vuelto a Manchester, ciudad en la que pasé seís meses cuando era joven y llena de energía y vitalidad. Trabajaba intensamente y no tenía mucho tiempo para acercarme al centro.
Asombrada, he vuelto a patear la ciudad, sin reconocer ningún edificio, ni paseo, ni tienda, ni autobús - y entonces cogía muchos; una ciudad nueva para mi, un nuevo descubrimiento. Me acercaron a la casa donde había vivido, en el distrito de West Didsbury y ante mi perplejidad, no fui capaz de señalar el lugar donde había vivido. Es la primera vez que me ocurría algo semejante.
Esta vez, con más tiempo, he recorrido la ciudad a fondo, he visitado museos - desconocía que hubiera tantos y tan variados - he admirado la reconversión de los viejos puertos en zonas de grandes espacios dedicados a la cultura, a las artes; he recorrido las vías principales, he visto espontáneos perfomances callejeros.
También ha habido escapadas a las ciudades medievales de Chester y York. Muchas cosas que si veo oportuno iré subiendo a este blog.
Pero como aperitivo a todo ello, en mi primera noche en la ciudad, eche a correr al Hyundi Fan Park en el Events Arena, para ver en pantalla gigante el partido de España contra Holanda de la Copa del Mundo. El ambiente era increíble. Emocionada, escuché los gritos de aliento de los británicos en pro del equipo español. El conocido amor de los ingleses al fair-play volvió a demostrarse, aunque en honor de la verdad, desde un principio eran evidente mente favorables al equipo de español.
Al final del partido, los nervios se desataron y todo eran enhorabuenas y gritos de júbilo- en diversas lenguas: indio, filipino, inglés, español, y otras indescifrables idiomas. Volví a casa reconfortada por el triunfo y con el corazón alegre.

ASPECTO QUE OFRECÍA EL ARENA PARK ANTES DE COMENZAR EL PARTIDO
OTRO MOMENTO ANTERIOR AL COMIENZO

VA OSCURECIENDO Y EL PARTIDO NO SE DEFINE. NERVIOS.

SEGUIMOS EN TENSIÓN. LA ALEGRÍA DE LA VICTORIA NOS HIZO OLVIDAR LA MÁQUINA DE FOTOS.