LA RÍA DE BILBAO.ACUARELA DE PALOMA ROJAS

martes, 9 de junio de 2009

VARIACIONES

EL VACIO DE LA AUSENCIA

Sabía que era inútil volver a abrir la puerta que con un portazo había cerrado tras de sí.

Entrar de nuevo no proporcionaría ninguna vuelta al pasado; la casa ya no era la misma, la desoladora desnudez la hacia impersonal, no quedaba rastro de sus habitantes, se había barrido todo signo de identidad. Era como un rostro sin facciones.

La marcha de los seres queridos trajo la desconcertante ausencia irreparable, los recuerdos ya no podrían tornar a materializarse jamás.

Era la desaparición de las raíces que le habían proporcionado su propia identidad.

Miró al frente y llamó al ascensor. Pulsó el timbre que indicaba planta baja.

Se despidió del portero y le entregó las llaves.

La luz entraba a raudales por la puerta del portal.

Bajó los pocos escalones que le condujeron a la calle.

Salió hacia ella, hacía la esperanza, hacia el futuro, hacia la vida.

Así les hubiera gustado a ellos, los ausentes, que ella actuara.

No volvió la cabeza.

Sabía que ahora era la raíz de un nuevo árbol, el rodrigón que tenía que sostener a los que aún vivían.







4 comentarios:

  1. Hermoso parrafo, hermosísimo. Espero que a este le sigan muchos más. Siento curiosidad de saber como consiguió sostener a los que aún vivian...

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  2. Lo hizo de forma tan indirecta y callada que nadie se enteró.

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  3. Pero, ¡si eres una verdadera artista!. Tanto leer, tanto leer, mira cómo lo has aprovechado. Me encanta cómo escribes y no sabes cómo me alegro de lo que me imagino que estás disfrutando.
    Un abrazo enorme,
    Nieves

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  4. Muchas gracias por tus ánimos, Nieves. Efectivamente disfruto, pero también me lo paso mal, porque es dificil expresar lo que uno quiere, tal como lo quiere.

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