LA RÍA DE BILBAO.ACUARELA DE PALOMA ROJAS

viernes, 5 de febrero de 2010

VARIACIONES

"SANTAGUEDA"

Ayer, al anochecer, me encontraba en la Parte Vieja de mi viejo Bilbao. Iba presurosa a mi clase de música, llegaba tarde; me había olvidado de que era la víspera de la noche de "Santagueda", como lo pronunciaba de niña.

Los alegres grupos formados por hombres, mujeres y niños, vestidos con trajes típicos y los recios bastones me retrotrajeron a mi niñez. Pero algo había cambiado.

Mi recuerdo era distinto a lo que ahora veía.

A mi habitación de niña, inmersa en la oscuridad, llegaban las voces masculinas, fuertes y viriles, que me transmitían ecos, entonces inconscientes, de mis raíces ancestrales.

Era una noche especial y mis padres venían a buscarme para que, envuelta en mi bata de noche, asomada al balcón, tiritando de frío y expectación, pudiera contemplar aquel grupo de hombres solemnes, serios, situados en el centro de la plaza oscura, perpetuando un rito que se perdía en el pasado.
El ritmo marcado con sus bastones, en medio de un silencio respetuoso, no interrumpido por ningún vehículo inoportuno, me emocionaba sin poder dar razón de ese sentimiento.

Ayer me volvió a emocionar. Pero ahora el ambiente es más jolgorioso. Se celebra con alegría, con menor seriedad. Hay más luz, hay niños, mujeres, hombres jóvenes y viejos. Entonces todos me parecían viejos.

Pero no me transportan a esos orígenes perdidos en la niebla de la Historia.

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