viernes, 31 de diciembre de 2010
lunes, 20 de diciembre de 2010
sábado, 11 de diciembre de 2010
VARIACIONES
Antes, el día no era suficiente para todo lo que había que hacer.
Antes, todo el mundo a su alrededor clamaba por su atención: la necesitaban.
Antes, la vida no se concebía sin su presencia, sin su impulso, sin su atención
Antes, la familia no daba pie con bolo en su ausencia.
Antes, nadie acertaba a encontrar las cuentas del teléfono, ni el paraguas, ni el seguro del coche, ni el extracto del banco, ni el bolso de fin de semana.
Antes, era ella quién solucionaba los problemas, daba ideas, consejos, experiencias.
Antes, su vida social era intensa y frecuente: tenía muchos conocidos y pocos verdaderos amigos
Antes, esperaba con interés lo que la vida le iba a traer en el futuro.
Antes, se reía a carcajadas.
Antes, no tenía pasado que recordar: todo era presente.
Ahora, tiene que llamar a la familia cada día para saber algo de sus vidas.
Ahora, tiene que hacerse útil para los demás.
Ahora, se preguntar dónde ha dejado las gafas, para ver el extracto del banco, para enterarse si el seguro del coche ha sido renovado y para saber porque la cuenta del teléfono ha subido tanto.
Ahora, tiene muchas y muy buenas amigas.
Ahora, sus estancias en las ciudades por donde andan dispersos los hijos llenan muchos días de su vida.
Ahora, tiene que escuchar las opiniones ajenas y no molestarse si nadie tiene mucho interés en conocer las suyas propias: cosas de la abuela
Ahora,, tiene un rico pasado que no puede ni quiere olvidar.
Ahora sus nietos le adoran
Ahora, es feliz con la calma, el sosiego, con los recuerdos.
Ahora, sonríe con serenidad incansable.
domingo, 5 de diciembre de 2010
VARIACIONES
UNA CAÍDA CON SUERTE
Sonó el teléfono interior. Instintivamente supo que eran las primeras horas de la madrugada. "Ha entrado alguien en la casa" pensó con inesperada tranquilidad. Descolgó el auricular y la voz trémula de su nieta llegó apagada:
"Abuela, hay un hombre en la casa".
En un susurro, preguntó: "¿Te encuentras bien?"
"Baja, abuela, ¡corre!"
Se arropó con el salto de calma, salió de su habitación y bajó las escaleras hacia el primer piso del chalet, tan rápido como su artritis le permitía. Por su mente cruzó la idea de que el ladrón pudiera estar armado. Recordó que el armario de herramientas estaba en el descansillo. Cogió un martillo y siguió presurosa hacia la habitación de su nieta.
La encontró acurrucada en la esquina más alejada de la habitación.
"¿Dónde está?" preguntó decidida.
"Ha salido corriendo. Me despertó la luz de una linterna que apuntaba hacia mí; cuando pregunté si eras tú, cerro la puerta con cuidado y no sé dónde ha ido."
La abuela se volvió hacia una de las ventanas que daba al pequeño hall de la primera planta. Estaba abierta. En el suelo se veían las huellas embarradas de unas pisadas. Se asomó por la ventana y comprobó con desmayo que la escalera de mano del jardín estaba apoyada en la ventana. No había rastro del hombre al pie de la escalera. Cerró la ventana con energía.
"Se te ha olvidado cerrar esta ventana, como todas las noches. Ponte la bata y vamos a buscarlo. Coge el palo de hockey y sígueme"
Su nieta le miró asombrada. Pero no dudó en seguir a la abuela. Le daba mucha seguridad; era decida y brava.
Armadas con el martillo y el palo de hockey, recorrieron toda la casa, piso por piso, habitación por habitación, escudriñando en los rincones; detrás de todos los cortinajes, debajo de las butacas y de las camas, en los cuartos de baño, dentro de la ducha, en todos los armarios y huecos que tuvieran una puerta exterior, en la cocina, en la despensa. La nieta se sorprendió a sí misma abriendo el horno y comprobando que estaba vacío. Miró a su abuela, y con un mohín de disculpa, susurro:
"Nunca se sabe"
"No puedo pensar en ningún otro sitio, lo hemos visto todo, vamos al jardín". La anciana fue a coger las llaves de la casa; el cajón de la mesa de entrada estaba vacío.
"Sígueme", indicó, enérgica, a su nieta.
Tiró de la puerta con fuerza y allá, frente a ellas, se encontraba el ladrón, temeroso y suplicante. Contemplaba las dos enérgicas armas de defensa con temblor incontrolado.
"Aquí, fuera, era el único sitio seguro" balbuceó, mientras les tendía las llaves.
Atónita ante la necedad del individuo, la abuela se dirigió a él con fuerte voz conminándole a entrar. Una vez en el interior de la vivienda, le guió hasta la ventana del pequeño hall:
"Vas a salir por donde has entrado, no por la puerta grande"
"Tengo vértigo" suplicó, "me es fácil subir, pero no puedo bajar".
"Es lo mismo, ¡hazlo!. Y sin gimoteos"
Cayó despatarrado en el suelo. Ambas mujeres corrieron escaleras abajo y salieron de la casa para averiguar que le pasaba. Se había roto una pierna.
"Llama al 112", indicó la anciana a su nieta.
Cuando llegó la ambulancia, comprobaron que efectivamente la pierna estaba rota por varios sitios .Le trasladaron al hospital.
A los pocos días llegó una orden del juzgado requiriendo la presencia de la anciana en comisaria. Se le acusaba de ser la culpable de provocar un accidente, por el que un hombre joven había sufrido graves roturas, heridas y contusiones. Hechos por los que se le pedía una alta indemnización.
Una vez leídos los cargos contra ella, se rió entre dientes, cruzo las piernas, entrelazó los dedos de las manos con serenidad y calma y comentó en voz alta:
"Agradecería mucho que comunicaran al ladrón de mi parte, que la próxima vez que desee visitar mi casa, lo haga por la puerta principal. También le pediría como un favor especial, me indicara con tiempo los objetos que desea llevarse para su uso personal; de esta manera puedo dejarlos debidamente preparados para que los recoja sin demora. Este sistema de transacción de bienes que sugiero me resultará más económico que el intentado por el pobre joven descoyuntado".
jueves, 25 de noviembre de 2010
PERSONAJES DE MI VIDA
Mi madre había hecho una promesa. Ir a Zaragoza para rezar delante de la Virgen del Pilar. Su promesa involucraba a toda la familia, esto es: a mi padre, Marisa y yo, porque mi hermano no había nacido todavía. Por eso puedo datar la aventura: año 1943. Plena postguerra. Nunca nos dijo la razón de su promesa. Pero lo que sí nos comunicó fue que esta implicaba otros pequeños detalles insignificantes como viajar en segunda y alojarnos en un hotel que casaba con un viaje en ese tipo de vagón.
Viajar en segunda en aquellos tiempos era trasladarse en renqueantes trenes de carbón, de asientos de tiras madera, con vagones corridos que daban a un pasillo lateral por el que circulaban o se estacionaban todos aquellos que no habían conseguido billete de asiento
Recuerdo poco del traslado a Zaragoza. Como siempre, antes de emprender un viaje muy de mañana, mi madre me había insinuado si no quería ir al baño. Los baños de los departamentos de segunda, no eran precisamente de Porcelanosa. Con firmeza había asegurado que no.
No más bien habíamos emprendido el camino a la estación, que, cogida de la mano de mi madre, susurré "quiero ir al baño" y mi madre, decidida y rotunda me espeto: "pues ahora te aguantas", como si yo fuera un grifo de agua que se cerrara a voluntad.
Pero por lo visto mi voluntad pudo sobre mis supuestas necesidades fisiológicas porque no recuerdo ninguna catástrofe definitiva.
Sí recuerdo,, sin embargo mi emoción al asomarme a la ventanilla y observar en las curvas la locomotora de carbon, hasta que un carboncillo entró en mi ojo y reculé asustada pensando que un perdigón juguetón me iba a dejar sin vista.
No retengo nada de la estancia en Zaragoza. Tan solo una nebulosa idea de haber estado en el Pilar, haber rezado con intensidad por la intención de mi madre, después de haber besado la columna de la Virgen. Hay que tener en cuenta que tenía cinco años.
Fue el viaje de retorno lo que no se me ha olvidado.
Nervios otra vez para coger el tren a tiempo. También en segunda, después de una noche pasada en un hotel de similar categoría, con sus correspondientes facilidades o incomodidades, quién sabe. Mi madre hacia las cosas con mucha coherencia.
El tren bullía con el movimiento del ir y venir de la gente. Frente a mi asiento se encontraban un sacerdote mayor- o eso parecía ante mis 5 años-. Muchas mujeres se ajetreaban entrando y saliendo en el vagón, con grandes bultos y bolsas enormes en los brazos, que sin mucho miramiento, con explicaciones ininteligibles, iban colocando debajo de los asientos del resto de los viajeros, antes de tomar asiento a su vez.
Mis cortas piernas se balanceaban alegremente por encima de los bultos. Los adultos mantenían las suyas apuntado rígidas hacia el viajero de enfrente. Yo no había prestado mucha atención a esta incomodidad porque me tenía hechizada el espectáculo que los bostezos del sacerdote que se sentaba frente a mí, me proporcionaba. En cada uno de ellos, los dientes de la mandíbula superior se deslizaban hacia abajo en busca afanosa de sus compañeros de la mandíbula inferior sobre los que se cerraban con un golpe seco, de modo que un agujero oscuro e intrigante hacia su aparición entre el labio superior y la dentadura reunida en la mandíbula inferior. Mis ojos parecían cosidos a aquel espectáculo inusitado. Lo nunca visto. Esperaba con impaciencia y absorta el siguiente bostezo para investigar con curiosidad aquel extraño fenómeno.
Mis investigaciones faciales, fueron interrumpidas repentinamente por la aparición de un inspector, que se dedicó a lanzar una reprimenda a las estraperlistas que abarrotaban el vagón. En medio de su arenga se dirigió al sacerdote para requerir de forma servil y untuosa su apoyo moral y la condena de estos hechos tan fraudulentos. Al verse requerido a dar una opinión condenatoria, el sacerdote respondió con una sonrisa(esta vez repleta de dientes) y una pregunta: "¿podría usted jurar, que en su caso, no haría usted lo mismo?". La pregunta me pareció tan interesante que me rebullí en mi asiento y por un momento interrumpí mis investigaciones faciales y trasladé mi intensa mirada interrogante a la autoridad responsable del orden público. Inexplicablemente este cerró la puerta corredera del compartimento y nunca volvió a aparecer. Me quedé perpleja. Era una pregunta sencilla pero por lo visto la contestación no lo era tanto.
No sabría explicar por qué pero por alguna razón que se me escapaba, yo estaba de parte del sacerdote
Continúe con mis investigaciones odontológicas con un nuevo interés y simpatía. Y hasta la oscura caverna inexplorada me resultó simpática.
sábado, 20 de noviembre de 2010
PERSONAJES DE MI VIDA

Durante varios años vivimos en la misma ciudad y compartíamos el mismo trabajo. Como yo, era extranjera en una nación europea. La diferencia estribaba en que para mi el país era un lugar lleno de recuerdos maravillosos y para ella era el Estado que había maltratado a su familia, aunque entonces yo lo ignoraba.
domingo, 7 de noviembre de 2010
PERSONAJES DE MI VIDA

Tengo entre manos uno de sus libros "Libertad vivida con la fuerza de la fe". Y precisamente esta mañana me he encontrado con estas palabras:
"La opción por Dios significa una opción por el hombre. Sólo si Dios existe, tiene sentido la vida humana. Sólo entonces el hombre no es un ser perdido en un cosmos insensible a sus preguntas y necesidades; y el mundo no se halla regido por leyes abstractas, ni por el ciego azar ni tampoco por un destino anónimo. La fe en Dios nos da seguridad y permite- incluso exige- que nos aceptemos incondicionalmente a nosotros mismos y a todos los hombres, porque somos aceptados también incondicionalmente. Todo lo creado está marcado por la bondad divina. Dios lo ha llamado al ser, ha querido que exista, y lo sigue queriendo para siempre". (Libertad vivida con la fuerza de la fe, pag. 42 )
No soy propensa al llanto, pero las lágrimas me han quemado los ojos cuando me he enterado. Es imposible entender a Dios; ¿ por que se lleva tan pronto a quienes pueden hacer tanto por Él y por la Iglesia?.
Quizás para que caigamos en la cuenta que quién hace las cosas es Él. Nosotros los hombres sólo tenemos que ser sus testigos fieles.
viernes, 5 de noviembre de 2010
VARIACIONES
miércoles, 20 de octubre de 2010
PERSONAJES DE MI VIDA

martes, 12 de octubre de 2010
VARIEDADES
Hay algo en la música de esta mi tierra vasca que me produce un sollozo en el alma. Siempre que la oigo me emociona. Toca mi más profunda fibra sensible. Me da un pellizco en el corazón: es el patetismo que mora allá, en el fondo de la melodía.
Me pregunto a veces: ¿descenderé de Abram de Ur, que se desplazó a la tierra prometida? Ese Ur, ¿tendrá que ver algo con mi apellido (su traducción, más o menos libre es "el que viene de lejos") y con la añoranza que impregna las canciones de mi tierra? ?.¿Será ese origen lejano e inasequible el que echamos en falta los habitantes de este rincón del mundo? Como la llamada imperativa del origen desconocido: la nostalgia por la tierra perdida, el melancólico sentimiento de algo intangible, lejano, inexplicable pero cierto.
sábado, 2 de octubre de 2010
PERSONAJES DE MI VIDA

Era maestra. Durante muchos años - ahora me parecen una eternidad - fue de casa en casa impartiendo clases a todas aquellas niñas que no acudíamos a ningún colegio. Algo que ahora resulta anacrónico y asombroso.
Pasaba tardes enteras jugando con ellas, en casa de otra amiga del alma. Horas dedicadas a trenzar historias improvisadas con los distintos personajes de papel.
En un largo pasillo de su casa, extendíamos páginas recortadas de revistas de decoración, con las que construíamos los hogares de las dos familias: la de mi amiga y el mío. Nos arrastrábamos rápidas sobre nuestras rodillas de una habitación a otra, para hacer el papel de quién fuera él o la que interviniera en película casera sin guión previo, lleno de imaginación, que cada tarde nos inventábamos. Cada uno de los personajes tenía su propia voz, con lo que acabamos creando un amplio elenco de voces distintas.
Tenía la suerte de que el jardinero y la cocinera iban siempre vestidos iguales, de lo contrario la geometría y la geografía se hubieran ido a piqué de la misma forma que se fueron la Historia y las Matemáticas.
lunes, 23 de agosto de 2010
VARIACIONES
" Te veía venir de lejos y me preguntaba ¿quién será esa señora tan elegante?. Fíjate, siempre he pensado que has sabido sacarte mucho partido"
"¡Cuánto te pareces a tu madre! Pero tu madre era guapa"
" ¿También tu hermano es inteligente?
"Tu hermano es verdaderamente encantador. Tenéis un carácter muy distinto"
" Si no fueras tan tímida, te llevarías a la gente de calle"
" Tu padre y tú os parecéis mucho pero él tiene unos ojos muy expresivos"
lunes, 16 de agosto de 2010
MANCHESTER
Estaba enfrascada en la conferencia a la que asistía sobre Ecumenismo. Inesperadamente la mirada del conferenciante se quedó perdida entre los arbustos que se veían a través de las ventanas que daban al jardín. "Perdón por la interrupción, pero creo que estoy viendo un lobo, o zorro, en el jardín."
Esto no era todo sino que además los zorros se hallaban rodeados de pájaros retadores que tanteaban su capacidad de conquista. En realidad no se sabia bien quien jugaba con quien, o quien esta más sorprendido, si los jóvenes zorros o los audaces pájaros. Estos rodeaban a los zorros a saltitos menudos e interpretaban una danza sincopada burlesca que mantenía desconcertados a los tres inexpertos cazadores; probablemente estos sabían mucho más de movimientos rápidos y certeros contra sus víctimas que las aves, pero que nunca antes habían sufrido el ataque desorganizado de cuatro voladores que se volatilizaban cuando ellos iban a echarles la zarpa.




Pero también es cierto que hay que estudiar a fondo, hasta donde cada ser humano es capaz, las consecuencias que ciertas determinaciones suponen para los demás, para la naturaleza, para la sociedad. Y eso requiere esfuerzo, responsabilidad, estudio, respeto y amor por los demás, bien en términos de personas singulares o de una generalidad de personas.
A veces actuamos ligeramente, frívolamente sin tener en cuenta que nuestras acciones, decisiones, comentarios superfluos o ciertas determinaciones van a afectar a alguien, pudiendo causar dolor, incomodidad, dificultad, problemas irremediables a otros que no son culpables de nada. Habría que estudiar a fondo si las decisiones que se toman para conseguir el objetivo propuesto están equilibradas con los daños colaterales que van a causar, algunos evitables, si se hace el esfuerzo de meterse en el pellejo ajeno.
Para empezar habría que analizar con honradez si la decisión que se propone es necesaria y no consecuencia de la ambición, la búsqueda del poder o el éxito personal a cualquier precio.
viernes, 13 de agosto de 2010
VARIACIONES

Ni escucharé el silencio lleno de los pequeños sonidos familiares cuando colgaba su gabardina y sombrero en el perchero y metía el paraguas en el paragüero, antes de avanzar hacia el fondo de la casa.
Ni puedo esperar percibir otra vez sus pasos pausados, seguros, acercándose hacía el cuarto de estar.
Ni oiré su voz siempre amable y acogedora saludando desde el pasillo mientras se acercaba donde yo estaba y preguntaba con su eterna sonrisa en la voz: "¿qué tal estás, como te ha ido la mañana?"
Desde su butaca, cogía el periódico para echarle un vistazo más completo que el de la mañana, antes de salir para el trabajo.
Ahora nadie abre la puerta, no se oye ninguna llave, el abrigo, el sombrero y el paraguas están inmóviles en sus respectivos lugares. El silencio recorre el pasillo sin meter ningún ruido. Levantó los ojos y no existen otros que respondan a mi mirada. Se han cerrado, se han ido.
Pero queda su recuerdo imborrable. El recuerdo de un hombre excepcional, que paso la vida sin meter ruido, pero dejando detrás de sí una estela de amor, cariño y admiración.
Hombre de profundos amores imperecederos.
lunes, 2 de agosto de 2010
MISCELANEAS
MANCHESTER REVISITED
Asombrada, he vuelto a patear la ciudad, sin reconocer ningún edificio, ni paseo, ni tienda, ni autobús - y entonces cogía muchos; una ciudad nueva para mi, un nuevo descubrimiento. Me acercaron a la casa donde había vivido, en el distrito de West Didsbury y ante mi perplejidad, no fui capaz de señalar el lugar donde había vivido. Es la primera vez que me ocurría algo semejante.
ASPECTO QUE OFRECÍA EL ARENA PARK ANTES DE COMENZAR EL PARTIDO
domingo, 4 de julio de 2010
MISCELANEAS

sábado, 3 de julio de 2010
No es fácil compartir el dolor. Ni aún con las personas con las que mejor te entienden y mejor te quieren. Y a las que más quieres. Y las que más entiendes.Transmitir los propios sentimientos del alma y del corazón, es relativamente fácil, cuando se quiere a quién se habla. Pero percibir o recibir el mensaje de quién nos confía su dolor o su laegría, en el idéntico tono y las mismas notas con que nos ha sido comunicado, es una operación de la que nunca se está seguro de haber realizado con acierto. Por la sencilla razón, de que cada cual entendemos el mensaje a través de nuestras propias formulas mentales o afectivas. Y estás no son identificas en el emisor y el perceptor porque cada individuo tiene su propia idiosincrasia, su personal y única manera de ser, de sentir, de percibir.
Es dificil la identificación por mucho que queramos entender a aquellos que amamos. Y estoy hablando de personas que se quieren y se entienden.
Siempre queda un pequeño vacío, imposible de completar. El vacío que nace de la realidad de que cada uno es único, intransferible; se puede comunicar pero no siempre es posible identificarse.
Es parte de la limitación humana
Creo, además, que es bueno y necesario porque así hay complementariedad. Y por lo tanto se genera riqueza interior, mayor crecimiento en la capacidad del conocimiento propio y ajeno, mayor entendimiento de la realidad, aumenta la capacidad de comprensión hacia los demás, porque nos damos cuenta de que parte de su sufrimiento o alegría se nos escapa y por lo tanto brota un más grande afán de cercanía, de deseos de servir de ayudar.
viernes, 11 de junio de 2010
VARICIONES
Durante los días de tormenta o de mar de fondo y en las mareas vivas de septiembre, la debilidad del hombre se hace evidente, su incapacidad de dominar la inmensa fuerza del mar se pone de manifiesto. Sentirse arrastrada por aguas indomables, da la medida de la precariedad del ser humano.
Contemplar la chimenea encendida tiene un efecto hechizante. El fuego prende la mirada, y los pensamientos se enredan en las llamas, en su continuo variar de forma y dirección: están vivas, tienen voluntad propia.
El fuego proporciona calor pero también terror, es incontrolable y caprichoso, Infunde respeto a la vez que fascina y enamora.
Mi caprichosa imaginación ve estos dos elementos combinados en el rostro de un niño de pocos meses, en su mirada sin trastienda; incapaz de mantener la misma expresión por mucho tiempo, va de la risa, al desconcierto, pasando por un puchero que precede al llanto y acaba desembocando en una inesperada, desdentada y encantadora sonrisa. La única boca sin dientes que no produce desagrado.
La diferencia con el mar y el fuego es que un niño no produce ni respeto ni temor, sino que convoca la ternura, los deseos de protección.
El mar, el fuego y un niño. Los tres tienen algo en común: son únicos, genuinos, irrepetibles.
viernes, 21 de mayo de 2010
VARIACIONES

No eran conscientes de ello, pero se trataba de una antigüedad de origen británico que reflejaba fielmente la época de los muebles y el vestuario.
Lo abrió con expectación y temor. Poco a poco fue apareciendo un tejado, de color rojo, seguido del resto del edificio de color azul. Abrió ansiosamente la puerta de acceso al interior: era rosa palo.
Jugó poco con aquella casa, pero en sus noches insomnes, siguió construyendo un inmenso MANOR con amplios salones, bibliotecas con las paredes forradas de libros hasta el techo, comedores imponentes, mesas servidas con platos de dos centímetros de circunferencia, cubiertos diminutos, vasos del tamaño de la uña del dedo meñique de un bebe; Holbeins, Gainsburies y Reynolds contemplaban a los comensales desde las empaneladas paredes. Los inmensos jardines descendían suavemente hasta un lago rodeado de rododendros.
Cuando años más tarde visitó Irlanda y vio la casa de muñecas que Sir Nevile Wilkinson había realizado para su imaginativa hija Guendolin, en el condado de Wicklow, se dio cuenta de que no había sido la una niña desorbitadamente soñadora, aunque sí menos afortunada, que la pequeña niña Irlandesa.
Sobretodo, la guerra había entorpecido sus sueños irrealizables.

martes, 11 de mayo de 2010
MISCELÁNEAS

viernes, 30 de abril de 2010
VARIACIONES

El paso a la inmovilidad.
Quietud, inmovilidad.
Un segundo antes podía mirar o decir algo, respiraba, quizás podía oírte.
Un segundo antes podías hablarle.
Otro segundo y ya no está.
Permanentemente mudo.
Distancia infranqueable,
Incapacidad de comunicación.
Inexpresividad. Un rostro amado que queda plasmado en piedra.
Sin los gestos y expresiones familiares.
Ha sido y ya no es.
Nunca volveré a contarle, preguntarle, enterarme, saber de él.
Se ha ido, para siempre, hasta el Cielo.
No está, aunque esté.
La desconcertante quietud de la muerte.
A quien conocíamos tan bien, ahora ya no podemos comunicarle nada, ni nos puede responder algo.
Se ha acabado, aquí en la tierra.
Paralización irreversible.
El misterio de lo finito.
El misterio de lo infinito.
jueves, 8 de abril de 2010
VARIACIONES

Giró la manilla de la puerta con extremo cuidado.
domingo, 28 de marzo de 2010
VARIACIONES
Invisibles aristas transparentes creaban a su alrededor una leve distancia hacia los demás pero no transmitían rechazo, sino sentido de intimidad. En su rostro vagaba la sugerencia de una sonrisa y sus ojos eran amables y acogedores.

Se levantó para dirigirse al vagón cafetería. Su paso elástico y sus movimientos armoniosos, captaron la atención de los viajeros. Se deslizaba por el pasillo sin llamar la atención pero atrayendo las miradas.

Las manos: testigos despiadados de la inelegancia.
jueves, 18 de marzo de 2010
VARIACIONES

Londres. Hora punta de una tarde de primavera. Eileen volvía pletórica de su trabajo. En perspectiva, un fin de semana lleno de planes. La cabeza le daba vueltas pensando en lo que le esperaba.
Dejó Kensington Park a su espalda y cruzó el paso de peatones. Sus ojos tropezaron con los ojos ardientes y escrutadores de un individuo desconocido. Le llamó poderosamente la atención la intensidad de la mirada.
No era su modo normal de reaccionar pero esta vez, siguiendo un impulso inexplicable, sostuvo la vista, con una intención retadora, no exenta de consciente coquetería. Le divertía.
Tocó el timbre y espero a que su compañera de piso abriera la puerta.
Solo quedaba un corto tramo de escaleras entre ambos. Las miradas se cruzaban como espadas en lucha desenfrenada.
La puerta se abrió y la voz acogedora de su amiga le saludo cordialmente. Estaba tan sobrecogida que no pudo explicar lo que había ocurrido.
martes, 9 de marzo de 2010
VARIACIONES

Llegando al fondo del asunto, reconoció que la verdadera razón de su inquietud se debía a un interrogante que, en la última temporada, surgía de forma continuada. ¿Cuántos años de vida le podían quedar? ¿Cinco? ¿Diez?, ¿Quince?
Acometer y escalar por la vertiente empinada de la niñez, fue un proceso muy largo; un día, una aventura increíblemente larga; un año, una eternidad; los primeros cumpleaños, sucesos únicos muy separados en el tiempo. Navidad no llegaba nunca. El día de Reyes, una visita que se demoraba eternamente. Esperar a mañana para volver a jugar con los regalos nuevos, una impaciencia continua. La primera comunión tardó mucho en tener lugar. Los juegos en el parque, eran horas que se deslizaban suavemente Las vacaciones estaban siempre en la lejanía.
El primer amor, un proceso absorbente, alegre y doloroso a la vez, le proporcionó experiencia y propio conocimiento. Aprendió a madurar, a comprender que las desilusiones no son el final de la vida.
Encontrar trabajo trajo consigo un período de incertidumbre y expectativas que se presentaban como un devenir largo e inquietante. Aunque ahora reconocía lo poco realista de este sentimiento: al acabar la carrera había encontrado el primero de su vida.
Enamorarse profunda y definitivamente llegó más tarde. El corazón le estalló de felicidad. Casarse y tener hijos había sido una aventura maravillosa; verles crecer y elegir carrera proporcionó un nuevo impulso a su vida. No les habían sido ahorradas preocupaciones, problemas, sinsabores, dificultades, encuentros y desencuentros. Pero lo habían compartido con coraje y fuerza; todo contribuyó a unirles aún más.
Luego vinieron las bodas. Los nietos fueron esperados con impaciencia e ilusión Llegaron, crecieron.
La vida en el valle era serena; había fomentado nuevos intereses, que contribuían a que los días se hicieran cortos. Quedaba tanto por hacer: tantos campos nuevos que explorar: La Historia, el Arte, la Música, la Ciencia; gente nueva, recién descubierta, que abrían ventanas a otros modos de vivir. ¡Tanto que aprender!.
Por eso se preguntaba cuanto tiempo le quedaba porque le parecía que no iba a ser suficiente para abarcar todo lo que deseaba alcanzar. Para amar tanto como los demás necesitaban. Para rezar por lo que ella necesitaba. Para dar gracias a Dios por el don de la vida.