LA RÍA DE BILBAO.ACUARELA DE PALOMA ROJAS

martes, 12 de octubre de 2010

VARIEDADES


¿DE DONDE VENGO?




Hay algo en la música de esta mi tierra vasca que me produce un sollozo en el alma. Siempre que la oigo me emociona. Toca mi más profunda fibra sensible. Me da un pellizco en el corazón: es el patetismo que mora allá, en el fondo de la melodía.
No es, como a veces se piensa, el resultado de una gente genéticamente sentimental, pero corta en palabras. Hay algo más.

La respuesta la encontré hace años, cuando cansada de recorrer la sala dedicada a las distintas razas del mundo, en el Museo de "Ciencias Naturales" de Londres, me apoyé en el quicio de una de las puertas que daba acceso a otra de las salas, esperando que mis amigos dieran por terminado su repaso de las distintas entidades humanas. Miré a mi izquierda y me sobresalte, porque me tope con lo que tomé por una fotografía de mi padre: nariz larga, saliendo en busca de una barbilla que se proyectaba hacia arriba acudiendo en su búsqueda.
Giré sobre mi misma y la miré de frente. Leí "Raza Vasca" y debajo en letra pequeña explicaban algo así como "raza de origen desconocido, probablemente original de Mesopotamia, que se había dispersado en dos direcciones opuestas: unos hacia el norte de África y otros hacia Europa, llegando a asentarse en el norte de España". No he vuelto al Museo desde entonces pero cuando vuelva a Londres la próxima vez, visitaré el Museo para corroborar mi recuerdo.
Me ha venido a la memoria una anécdota que mi padre solía contarnos, con una sonrisa en los ojos, sobre sus años de estudiante en Durham University, en Inglaterra. En una ocasión, se le acercó un individuo en el tranvía y le comenzó a hablar en una lengua indescifrable. Mi padre le explico en inglés que no podía entenderlo. Y el buen hombre se disculpó embarazosamente: "Perdón, creí que era usted judío." Era yiddish.

Me pregunto a veces: ¿descenderé de Abram de Ur, que se desplazó a la tierra prometida? Ese Ur, ¿tendrá que ver algo con mi apellido (su traducción, más o menos libre es "el que viene de lejos") y con la añoranza que impregna las canciones de mi tierra? ?.¿Será ese origen lejano e inasequible el que echamos en falta los habitantes de este rincón del mundo? Como la llamada imperativa del origen desconocido: la nostalgia por la tierra perdida, el melancólico sentimiento de algo intangible, lejano, inexplicable pero cierto.

El dolor por la amada tierra perdida, por los montes nunca vistos, por las desconocidas raíces que nunca veremos. Por no saber de donde somos ni a donde vamos.
Pero sí donde estamos.

3 comentarios:

  1. Querida amiga, ya sabes que me gusta muy mucho pasar por este lugar, hoy, es un momento especial, yo no soy vasca, pero no importa, al oír esa maravilla que siempre me ha entusiasmado mi pelo se ha erizado ¿qué importa ser de un lugar o de otro? Somos humanos y con sentimientos, y eso cuenta, o por lo menos a mi me parece, me gusta todo lo relacionado con España, todo lo que huele a piel de toro y Maitechu ¿Quien no ha cantado alguna vez eso? En la Universidad o Facultad, o, ya sabes cuando un@s cuant@s nos juntábamos para pasar un rato. También yo me hago esas preguntas ¿de donde vengo? Tampoco me importa, las vivencias ricas de nuestra vida es lo más importante y de esas no me faltan,me siento orgullosa de haber podido encontrarte, me uno a tu amor de vasca y te envió un fuerte abrazo.

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  2. De acuerdo con Higorca. No es tan importante de donde venimos sino que dirección tomó nuestra vida con lo que ya somos y lo que se nos implantó.
    Son tan diversas las posibles variantes que solo logramos comunicar en los puntos en que unos a otros logramos aportarnos algo de luz.
    Y aún así hay veces que nuestra comunicación se distorsiona cuando las personas no captan el contexto de nuestro mensaje.Es algo que me parece que nunca termina uno de aprender.

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  3. Yo tengo la certeza que desciendo del amor infinito de mi Padre, y eso me basta es igual habitar en verdes valles que en áridas arenas, altas torres u obscuras callejas, la cuestión es regresar a las raíces que sí queremos sí veremos. Un saludo afectuoso.

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