LA RÍA DE BILBAO.ACUARELA DE PALOMA ROJAS

martes, 29 de marzo de 2011

UNA VISIÓN PERSONAL DE "ENCONTRARÁS DRAGONES"




Me parece que es un film intenso, con un ritmo que no decae ni se pierde en meandros, sino que se ciñe a los elementos constitutivos de la trama. No hay escenas gratuitas: cada una de ellas tiene un significado y un sentido dentro del total de la historia, que pivota sobre tres personajes centrales; Oriol, el revolucionario convencido, generoso y auténtico; Manolo Torres, mezquino, envidioso y vengativo, que se mete en una espiral de odio y venganza; paralela a estos discurre la vida de Escrivá, fundador del Opus Dei, y único personaje real, de quien se describe el ambiente familiar y primeros años de vida hasta su huida a Andorra durante la guerra civil española. Manolo y Josemaría habían mantenido cierta amistad en su niñez y primera juventud, llegando a coincidir en el Seminario, que Manolo abandona al poco tiempo.


A los tres, los sucesos de esta guerra les influyen de manera distinta y les llevan a tomar posturas opuestas. Oriol y Torres se encuentran en bandos enfrentados. Sin embargo San Josemaría transmite la idea - ilustrada con sus palabras y su propia existencia - de que todos los acontecimientos de la vida, incluso los dramáticos y propicios al odio y la venganza, pueden ser traspasados y trenzados con la caridad hasta ser conducidos al núcleo de un objetivo vital: el amor de Dios, que incluye de forma irremediable el amor a los demás - independientemente de sus creencias, o tendencias políticas - y por lo tanto a la comprensión y al perdón. Porque lo que él ve en los seres humanos es su capacidad de trascendencia, por lo tanto su dignidad y libertad personal. No distingue entre amigos o enemigos, ni buenos ni malos; para él todos son hijos de Dios.


Partiendo del hecho de que Roland Joffé, director y autor del guión y - según su propia declaración- agnóstico indeciso, asombra su capacidad de percepción de la personalidad y sensibilidad de un personaje como Escrivá. Ha analizado hasta sus últimas consecuencias su fe, sus dudas, sus razones para creer, su mensaje de que todo ser humano puede aspirar a la santidad dentro las circunstancias de su propia vida aunque esas circunstancias sean una guerra fratricida particularmente dura y cruel. Y expone también con nitidez que el amor a Dios de San Josemaría no está exento, sin embargo, de la lucha contra sus propias dudas e inseguridades: sus propios dragones.


En mi opinión es una película que necesita ser visita dos veces, para poder apreciar los simbolismos, las metáforas, los muchos detalles intencionados que no se captan en una sola visión, entre otras cosas, porque la acción y el ritmo son tan intensos que, aunque se sea consciente de que hay mensajes en ciertas imágenes o detalles, pueden pasar inadvertidos dentro de la absorción del conjunto. Y son esos pequeños guiños los que hacen a la película absorbente.

2 comentarios:

  1. ¡¡¡Que pena querida amiga!!!No la he visto, la verdad es que aquí, no hay cine y tenemos que desplazarnos, al no gustarnos mucho y no tener noticias de las películas, nos perdemos muchas, pero esta me hubiera gustado verla. La describes muy bien y eso me ha llevado a estar delante de una gran pantalla, gracias por ello.
    Abrazos fuertes

    ResponderEliminar
  2. Pienso que si te hubiera gustado, por tu sensibilidad que te hace disfrutar y captar muchas cosas que los otros no ven. Siempre tendrás oportunidad de verla, seguro.
    Un abrazo

    ResponderEliminar