Inesperadamente los hechos de su vida destacaban en su autentico valor, desnudos de imaginaciones que los convirtieran en relevantes. No eran tan importantes, ni trascendentales, ni tan sinceros, ni tan nobles.
Su conducta no siempre había sido irreprochable, como había juzgado. Muchas de las motivaciones de sus actos, no habían sido tan puras, ni tan desinteresadas. Había muchos deseos de ser apreciada, admirada.
Sin embargo, los demás habían sabido quererla como era, aunque ellos sí que le habían visto objetivamente y sin adornos.
Tenia que aprender a aceptarse como era, asumir esa imagen imperfecta que ahora identificaba como propia. Sin razonamientos que acabaran en justificación de sus yerros. Reconocer no ser una persona impecable a quien nadie pudiera acusar de error. Aceptar que había cosas por las que necesitaba ser perdonada por los demás. Y conceder que los demás habían sido capaces de perdonarle y amarla tal cual era.
Necesitaba descubrir que lo que nos hace valiosos a los seres humanos, es identificar nuestra verdad. Y esta verdad descubierta nos proporciona el don de la libertad: la de admitir lo que somos sin tener que fingir ante los demás o ante nosotros mismos, ni vivir en tensión para ser fieles a la imagen autocreada.
Su orgullo no le había permitido hacerlo hasta entonces. Era demasiado perfeccionista para ello. Y se había vuelto dura.
Ahora percibía que necesitaba aprender a perdonarse a sí misma.
Cuantas veces nos creemos culpables ¿culpables de qué? Sería muy bueno aprender a perdonarnos nosotros mismos, empezando por mi misma.
ResponderEliminarAbrazos
.... y a veces los somos.....pero hay que aprender a perdonarse a sí misma. Porque lo contrario suele ser excesivo amor propio,¿no crees
ResponderEliminarHasta pronto
Desde luego, mejor le iría a la gente si se aceptase tal cual es, con defectos y virtudes, pero a veces es que uno no se ve a si mismo como los otros le ven y no se trata de engaño, sólo de percepción
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que no es fácil vernos a nosotros mismos como somos, porque siempre tendemos a defendernos.
ResponderEliminarPero quizás podamos escuchar un poco más a lo que nos dicen los que tenemos alrededor y nos quieren, en lugar de reaccionar de forma negativa y sistemática reacción en contra.